¿Están actualmente las notarías prestando todos los servicios o tan solo los de carácter urgente?
En estos días se cumple un año de la declaración del primer estado de alarma y nadie podía imaginar el cambio tan radical que iban a experimentar nuestras vidas.
Desde el primer momento, las disposiciones normativas determinaron que el servicio notarial era un servicio público de interés general cuya prestación debía quedar garantizada en todo el territorio nacional durante el estado de alarma. Y así fue desde esos días iniciales en los que las calles y las carreteras estaban desiertas. Echando mano de la imaginación y de los pocos recursos de protección que había disponibles en el mercado, los notarios tuvimos que adaptar nuestros despachos a las limitaciones y medidas de seguridad que exigía la pandemia. Teníamos que conseguir, en un mercado sin suministros, mascarillas, hidrogel, mamparas de protección, guantes, productos de limpieza… cualquier cosa que garantizara la seguridad del personal que trabaja en la notaría y la de los ciudadanos que necesitaran del servicio notarial.
Tuvimos que reorganizar a los profesionales de las notarías por turnos o realizar cambios físicos para que no compartieran espacios. La distribución de las sillas y el mobiliario se adaptó para mantener la máxima distancia de seguridad posible. Desde extremar las medidas de limpieza hasta las cosas más sencillas, como la no reutilización de los bolígrafos, todo eran pequeños pasos en la dirección correcta.
Estábamos al frente de una “nave” en la que con medios limitados teníamos que lidiar contra un enemigo del que conocíamos poco, si bien sabíamos de su peligrosidad. Todas las notarías de España permanecieron abiertas durante el estado de alarma salvo las que desgraciadamente se vieron afectadas por la enfermedad, aunque éstas volvieron a la actividad en cuanto la salud y la seguridad lo permitieron.
La alarma sanitaria nos impuso restricciones a la hora de desarrollar nuestro trabajo, el cual quedó inicialmente limitado a las actuaciones urgentes. ¿Cuáles eran? Pues no existía un listado cerrado, había que valorar caso por caso. El testamento del que teme morir es esencial para esa persona; la formalización de contratos de financiación del autónomo o la empresa que necesita el dinero para mantener su negocio también era esencial; el otorgamiento de escrituras relativas a contratos sujetos a plazos o pagos inaplazables era urgente; incluso llegué a oficiar la boda de quienes querían casarse y temían morir sin poder hacerlo, con las consecuencias negativas que ello hubiera tenido. Fue mi primera boda con mascarilla, en la que hasta el beso de los novios se veía coartado.
Afortunadamente el mercado fue permitiendo adquirir de forma regular medios de protección, y la finalización del estado de alarma, posibilitó una ampliación de la actuación notarial a todos los casos y no sólo a los urgentes.
Desde el fin del primer estado de alarma en junio de 2020 hasta la actualidad, las notarías están atendiendo con toda normalidad a cualquier ciudadano que requiera de nuestros servicios sin ningún tipo de limitación, si bien mantenemos las medidas necesarias para evitar los riesgos. Así, es necesaria la cita previa, se evita superar ciertos aforos en los despachos notariales, las mamparas en las mesas se han convertido en parte esencial del mobiliario, los botes de hidrogel están repartidos por toda la notaría, y se mantienen las medidas de higiene, limpieza y todas aquéllas que no se ven detrás de ese funcionamiento normal de nuestra actividad.
Desde el notariado se ha intentado desde el primer momento un mayor uso de los medios digitales en el desarrollo de nuestro trabajo. Todo lo que estaba en nuestra mano se ha hecho, como utilizar el correo electrónico siempre que sea posible para la aportación de documentación, la resolución de dudas o la preparación de escrituras. Todo para reducir al mínimo las visitas a la notaría.
También se han propuesto a los poderes públicos medidas que permitan el uso de los medios telemáticos para la prestación de determinadas actuaciones notariales, en la sede electrónica notarial y asesorando mediante video conferencia. Aunque, a día de hoy no se han puesto en marcha, nos consta que las necesidades que se han dejado sentir durante la pandemia impulsarán cambios legislativos que potencien el uso de los medios tecnológicos y telemáticos en el ámbito notarial. Los notarios estamos preparados y podemos garantizar la calidad y la seguridad de nuestros servicios.
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